Pues sí, nada más y nada menos que treinta y cinco años después, un nutrido
grupo de antiguos alumnos de la vieja Escuela de Magisterio de Palencia –cuando
su ubicación se hallaba todavía en el extremo Norte de la ciudad, en la Avenida
de Asturias de la capital-; componentes que fueran de aquella feliz Promoción
que fue la de los años 1977/1980, se han vuelto a reunir estos días en la
capital en un reencuentro de confraternización, para celebrar que, tras esos
siete lustros –que se dice pronto y bien-, el espíritu joven y con ganas de
fiesta, lo tienen todavía a prueba de eventos y reuniones de este tipo.
Y es que de “casta le viene al galgo” pudiera decirse, porque no crean
Vds., amigos lectores, que ésta es la primera vez que se reúnen estos ex
alumnos de Magisterio, no; porque ya lo hicieron al cumplirse los veinticinco
años de su graduación; y también cuando el gran reloj del tiempo marcaba los
treinta años de la misma. Y ahora, que han alcanzado la alta cima de los
treinta y cinco años, también.
Así que esta simpática y bien conjuntada promoción estudiantil de
Magisterio, que hoy se asoma de nuevo a las páginas de “Diario Palentino”, ha
sabido mantener, tras tres reuniones en tiempo y forma, un especial lazo de
unión.
En esta, el poder de convocatoria consiguió reunir a casi sesenta
compañeras y compañeros, que vivieron en común un día de confraternización
inolvidable e irrepetible; donde no pudo por menos que estar muy presente un
montón de recuerdos de aquel entonces, bien solidificados y madurados ya.
Y como el día fue largo, tuvieron tiempo para las actividades culturales
–visita a la Seo palentina, nuestra “Bella reconocida”, con una espléndida
explicación por parte del compañero Pedro-. Y también para las gastronómicas y
lúdicas: primero compartiendo mesa y mantel en un céntrico restaurante de la
capital, y luego con una divertida “gymkana”, que les permitiría sentirse un
poco más jóvenes por algunos minutos; situación que se volvería a repetir cuando,
para finalizar el día, la música de los años 80-90 les trasladó de nuevo al
ayer.
Un día, en fin que, 35 años después, todos
guardarán en el recuerdo como entrañable y divertido, y que incluso supo a
poco; por lo que al final, aparte de afianzarse aún más su relación, la convocatoria de un próximo
encuentro en fecha aún por determinar, sobrevoló sobre sus cabezas al
despedirse el grupo, bien entrada ya la noche palentina.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 08/07/2015)
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