A estas alturas de las grandes solemnidades de la Semana Santa palentina en la que, como si no hubiesen pasado trescientos sesenta y cinco días, y fuese tan solo ayer el final de la anterior, ahora, un año después –pasados ya el alborozado Domingo de Ramos y los sobrios y sentidos desfiles procesionales del lunes y el martes santo-, vemos cómo las calles de nuestros pueblos y ciudades se nos van mostrando por momentos llenas de pasos y de cofrades, de sonidos de cornetas y de tambores, junto al serio y carismático “tararú”, cuyo sonido nos arrastra por momentos hasta el recogimiento más íntimo en cada rincón de la ciudad.
Y brillando, cual astro refulgente, con un añadido de población flotante
formada por las buenas gentes de aquí y de allá, que se echan materialmente a
la calle para presenciar cada una de las comitivas procesionales que, a estas
alturas de nuestra particular Semana de “Pasión”, van ya casi por el ecuador de
las mismas.
Aunque el plato fuerte de esos cortejos vendrá, por razones obvias, durante
los próximos días; cuando se exhibirán en plena calle, si el tiempo atmosférico
nos lo permite –y parece ser que este año sí va a ser así-, verdaderas obras de
arte de temática religiosa, realizadas por insignes imagineros del pasado que
supieron dar a su obra el sentido real de la fe y la religiosidad de las gentes
que fueron coetáneas suyas y que les demandaban que su trabajo expresase esas
constantes de sus vidas.
Imágenes que hoy en día, pasados los años, continúan formando parte de
nuestras procesiones como parte central de las mismas. Contribuyendo, con todo
el ornato, los oportunos añadidos y el buen hacer que las Cofradías y los
miembros que las componen han sabido dar a los desfiles a lo largo de los años,
al engrandecimiento de nuestra Semana Santa, haciéndola merecedora en el
momento actual de la declaración de interés turístico internacional.
Un logro que se ha conseguido llevar a buen puerto con el trabajo de todos,
paso a paso, tras haber ido mejorando año tras año todo el conjunto de la
celebración religiosa.
Así que ahora y en lo que queda de la misma, como
parece que el tiempo quiere acompañarnos este año a base de bien, recojamos su
invitación y vivámosla en toda su máxima
expresión, cada uno como mejor lo estime. Que algunos días tenemos para ello.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 01/04/2015)
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