miércoles, 7 de enero de 2015

PARA ESTE AÑO


A estas alturas del mes de enero –del que llevamos ya gastados siete días-, han cesado ya los cohetes, los petardos y las charangas que daban una estruendosa bienvenida al Año Nuevo; el Niño que bautizamos aquí en Palencia el pasado jueves –día primero del año-, estará dando ya las correspondientes alegrías por doquier. Y los más pequeños de la casa, eufóricos tras la fiesta vivida ayer –su fiesta particular y más esperada del año-, apurando sus horas de juego con los juguetes recién estrenados funcionando a todo trapo en el salón principal de la casa.

Todo ello, antes de volverle a tomar el pulso a la actividad ordinaria en toda su cruda realidad, al ralentí o medio paralizada en parte durante las últimas fechas, con motivo de la celebración de las fiestas navideñas.

Pero pasadas estas, a buen seguro que entretanto o, a la par más bien, durante estos próximos días, tras desearnos entre nosotros un feliz año con un sincero apretón de manos o un cariñoso beso en la mejilla –según usos y costumbres-, nos encontraremos también frente a una serie de retos personales que, con un propósito de mejora individual en aspectos tales como la salud o la relación personal, nos marcamos también cada año por estas fechas, casi sin excepción.

Porque, quién no manifestó alguna vez a familiares y amigos aquello de que, en esta ocasión sí: “dejaba de fumar” con el comienzo del nuevo año?. O que, finalizados estos días de Navidad –donde cualquier propósito como el que sigue es materialmente imposible-, comenzaba un rigurosísimo método para perder esos kilos de peso en demasía que la báscula y el espejo le habían advertido le afeaban la figura escultural de la que siempre gozó…  Y, con tal propósito, hizo la inscripción en un gimnasio para “machacarse” el cuerpo en apretadas sesiones, junto a una severa dieta, la más eficaz según los resultados del mercado; a lo que unió caminatas diarias por el campo.

O, por tocar también el aspecto más espiritual de la persona, se prometió a sí mismo mejorar las relaciones personales con su entorno, citándose más con los amigos y frecuentando más la relación con la familia.
 
Claro que luego, el que se cumplan las expectativas puestas en tan maravillosos planes, es ya “harina de otro costal”; y el que lleguen a buen puerto dependerá de muchas variables, algunas de ellas de impensable concreción. 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 07/01/2015)
 
 

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