Bueno, pues como parece que no hay dos sin tres, como reza el dicho
popular, volvemos a estar de fiesta por aquí por tercera vez consecutiva en muy
poco espacio de tiempo y con apenas haber vuelto la hoja del calendario tan
solo.
Y es que, este domingo próximo, además de ser día festivo por naturaleza,
los palentinos nos volveremos a colocar “el traje” de romero moderno y, si el
tiempo atmosférico no lo impide de una manera contundente, y como viene siendo
habitual, acudiremos en gran número hasta las inmediaciones del cerro del
Cristo del Otero en el barrio capitalino del mismo nombre, a una cita anual con
gran poder de convocatoria, y que cara al exterior, goza de la denominación de
Fiesta de Interés Turístico Regional.
Lugar representativo éste para nosotros, los palentinos, donde, en las
laderas del propio cerro, a los pies mismos de la estatua más emblemática de la
ciudad, en torno a la ermita de Santo Toribio como recogen las crónicas, para
agradecer a este santo que interviniese con motivo de unas graves inundaciones
en la ciudad (se dice que provocadas por unas lluvias torrenciales acaecidas
por el apedreamiento que éste sufriera cuando predicaba contra una herejía muy
extendida en aquel entonces, en torno al año 530 de nuestra era), asistiremos
ahora, para agradecer un año más tal intervención, a la popular “pedrea” del
pan y el quesillo por parte de las autoridades de la ciudad sobre las miles de
personas que allí se congregarán, como marca la tradición.
Una fiesta que la ciudad espera cada año con renovado interés. No en vano son miles los palentinos y
visitantes que se desplazan durante esta jornada hasta los entornos de este
popular barrio capitalino del Cristo, para estar presentes y participar en esta
tradicional Romería.
Porque aparte de este hecho central y original de
la “pedrea”, donde no todos los allí congregados obtienen la recompensa de
hacerse con al menos una de las miles de bolsas, conteniendo un trozo de pan y
otro de queso, que son arrojadas desde la balconada de la ermita del Santo,
sino sólo aquellos más osados que se arriesgan de alguna manera entre el
tumulto de gente; la fiesta en sí se extiende también en otros frentes a lo
largo de todo el día.
Destacando los muchos puestos de venta ambulante de diferentes productos; entre
los que no faltan las almendras, ni las avellanas, ni tampoco los dulces…Y al
lado mismo, los carruseles infantiles, llenos siempre de diversión.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 30/04/2014)
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