Que dicen nuestros vecinos, y sin embargo amigos del norte, los europeos de
más arriba, que han consultado con minuciosidad nuestras agendas y nuestros
tiempos y horarios de a diario, y han llegado a la conclusión de que en España
perdemos demasiado tiempo al día con momentos tales como la comida, la siesta,
las rutas y medias rutas de vinos y otros caldos, el chateo, el poteo y demás
zarandajas adjuntas o sin anexar; en concreto algo así como tres horas de la
tarde. ¡Vaya si han calculado con particular exactitud nuestros vecinos de más
arriba!.
Claro que en el asunto de la siesta, es donde parece que más se han cebado
algunos de nuestros vecinos de la vieja Europa, vía algún rotativo diario de
gran tirada. Porque primero fueron los alemanes, luego los ingleses y ahora,
para cerrar el ciclo, desde allende los mares, se han unido también a ellos los
americanos del norte.
Para mí que lo que en el fondo ocurre por ahí afuera con este criticarnos
tan a la ligera, es que nos tienen un tanto así de envidia por nuestro tiempo
de siesta, habida cuenta de que han intuido ya sus grandes bondades, su tiempo
de relax y de desconexión del mundo a mitad de la jornada. Que tan arraigada está la costumbre en el
alma de nuestro pueblo que es practicada por un buen número de españoles.
Aunque, claro, quizá habría que distinguir la siesta en sí, la de “pijama,
Padrenuestro y orinal”, a la que se refería casi siempre el bueno de Don
Camilo, del hecho de echar una cabezadita de diez a quince minutos frente al
televisor tras la comida y recostado en el sillón de casa. Actividad esta
última que, sin duda, está ampliamente recomendada para recuperar fuerzas y
poder salvar el resto de la jornada de una manera más que digna.
Vamos, que parece que lo que quieren a todas luces nuestros amigos europeos
de más arriba es “atizarnos” durante la siesta pero a base de bien, tratando de
que no peguemos ojo en ese ínterin tras la comida de mediodía.
Y claro, de eso ni hablar, por ahí no vamos a pasar ni aunque traten de
dorarnos la píldora.
Y es que, al final, por este y otros atajos, vamos
a llegar a la conclusión de que, en verdad, “España
es diferente…”
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 12/03/2014)
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