miércoles, 23 de abril de 2025

Dos romerías, dos

 



Pues en efecto, dos romerías, dos, son las que vamos a tener esta semana los palentinos de la capital –pero abiertas también a la provincia e incluso más allá-, debido a que este año el calendario se nos ha mostrado así de caprichoso.


Porque resulta que, debido a la celebración de la Semana Santa en las fechas pasadas de los días 17 y 18 de abril, la tradicional romería del “Pan y Quesillo” de la capital, en el popular barrio del Cristo, ha tenido que encontrar su acomodo en este próximo domingo 27.   Pues para nada se la quería posponer al primer domingo de mayo.


Y, además, se va a dar la circunstancia de que vamos a celebrar antes la romería de San Marcos en el Sotillo, este viernes 25 festividad de dicho santo, que la de Santo Toribio, este domingo 27 como decimos.


Una circunstancia un tanto atípica –aunque ya se haya dado también algún año más-, porque lo habitual es que en el calendario de abril a estos efectos, primero se lleve a cabo la romería del Pan y el Quesillo y posteriormente el 25 de abril, la del Sotillo.


Pero el escenario se nos presenta así este año y así habrá que aceptarlo.  Así que los palentinos de la capital, sin dejar de lado ni despojarnos casi del traje de romero, vamos a asistir en este próximo fin de semana a dos romerías de una gran tradición, de profunda vocación romera pudiera decirse.


Y si en una de ellas cruzaremos el puente de origen romano de Puentecillas para atravesar el Carrión y acceder al Sotillo, donde se ubica de manera ancestral la romería de San Marcos.  En la otra, ascenderemos ladera arriba el cerro del Otero en el barrio capitalino del Cristo, para protagonizar esa secular pedrea del “Pan y el Quesillo” con destino a los cientos de palentinos allí congregados en torno a la ermita del Santo.  


Que, según cuenta la leyenda, conmemora la figura de Santo Toribio y el apedreamiento que sufrió por parte de los palentinos al predicar contra la herejía priscilianista. Tras este suceso, la ciudad experimentaría grandes inundaciones que fueron interpretadas como un castigo divino, llevando a los habitantes a honrar al santo. Desde entonces, esta tradicional pedrea viene a simbolizar aquel episodio histórico.

 

 (Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 23/04/2025)

 


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