Cuando en
la vida uno va de ida en un sentido y el otro regresa en el opuesto por un
camino paralelo, jamás lograrán encontrarse en un punto intermedio en
concreto. Se cruzarán, eso sí, y se
dirán lo que tengan que decirse, pero jamás se toparán cara a cara en un
determinado lugar, porque ambos van en direcciones opuestas.
Y, hacia
dónde va cada uno de ellos así en esas circunstancias, cabría preguntarse. Pues, probablemente, hacia ninguna parte o
hacia el precipicio simple y llanamente; sería a bote pronto la respuesta más
evidente.
Porque,
hablando plásticamente, vemos que cada uno tira de un lado de la cuerda, lo que
hará que cualquier día esta se rompa y deje a cada cual en un extremo, pero sin
haber llegado a ningún sitio.
El caso
es que, mientras van caminando, cada uno en una dirección diferente como hemos
visto, no les faltarán seguidores que les acompañen y les aplaudan en sus
acciones; encontrándose con gentes que también les aclamen y hasta les
vitoreen, porque creen entender el mensaje que les transmiten. Y allá que se
van, en pos de su líder.
Pero al
final, para nada, o para muy poco, porque resulta que la senda es muy larga,
las fuerzas comenzarán a flaquearles y necesitarán de savia nueva que les
permita continuar el camino.
Y no cabe
duda de que algunos dispondrán de esta savia a pie de vereda y, con ella y con
lo que aprendieron durante el trayecto, puede que lleguen a puerto y sin
excesivas marejadas a la vista. En
tanto que otros más, jamás lo conseguirán.
Trasladando
ahora el tema a nuestro mundo real y de a diario; y más en concreto al mundo de
la política y de los dirigentes que nos gobiernan, cada día asistimos a una
representación más de esta pequeña recreación con la que iniciábamos esta
crónica.
Y así,
descubrimos pronto cómo la situación en la que nos movemos se nos muestra cada
día más distante a la hora de poder converger en un punto de encuentro común.
Y es que
yendo en direcciones opuestas, ya lo decíamos al principio, el camino no nos
conducirá a parte alguna. O quizá hacia
el precipicio, dicho pronto y bien.
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