Verano atípico

 

Y no lo decimos porque no vaya a hacer calor, que sí que lo hará a lo largo del mismo. Y mucho, como ya han anunciado los meteorólogos, achacando siempre la incidencia al tan traído y llevado cambio climático de marras. Que también está haciendo de las suyas estos últimos meses, con esas increíbles tormentas de agua y granizo a todo meter en medio país.

Lo decimos porque desde que se produjo la noticia de la sorpresiva convocatoria de elecciones generales para este 23 de julio próximo, en el país entero no se habla de otra cosa que no sea de esa fecha en concreto colocada en medio del verano, que hará la “puñeta” a más de uno al trastocar los días y los planes de sus vacaciones.

De ahí lo de verano atípico al que nos referimos; porque el que más y el que menos tendrá que hacer sus planes de vacaciones, por unas u otras circunstancias, teniendo muy presente esta fecha.

Aparte de que en el plano político el anuncio haya pillado a más de uno con el pie cambiado y sin haber hecho todavía los “deberes” (léase las coaliciones electorales correspondientes, los nombres de las personas susceptibles de ocupar las listas de elegibles, los programas electorales finales, las estrategias políticas para salir a ganar, etc., etc.).

Una multiplicidad de circunstancias adversas que, de no haberse realizado esta convocatoria electoral, ni habrían pasado por la mente de nadie y todo se hubiese pospuesto para una vez pasado con creces el verano. Pero que, así las cosas, ya no tiene marcha atrás y el cambio de planes es de obligada ejecución.

Si ya de por sí la formación de las nuevas corporaciones municipales, habida cuenta de la necesidad manifiesta de conversaciones y acuerdos y pactos entre determinados grupos políticos, hacían prever unos meses difíciles y hasta de un cierto impasse en estas administraciones, el hecho de que deban cohabitar con los preparativos y correspondientes campañas electorales de los comicios generales, lo agrava todo mucho más.

¡Y en verano!, todo esto. Con lo bien que se estaría en la playa, bajo una sombrilla y con los chapuzones de rigor en el agua del mar que baña incansablemente nuestros pies.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 21/06/2023)