Pues, a
lo que parece, vamos últimamente por aquí, y también por allá, de no fiesta en
no fiesta; y así llevamos ya un elevadísimo número de ellas, de las no fiestas,
o fiestas un poco así como de “mentirijillas”, que diríamos a la grey infantil.
Porque se
nos escapa ya en los vericuetos de la memoria el número de las no celebradas o
celebradas sólo un poco por encima; sí, pero no; sin ninguna concentración de
personas para intercambiar pareceres y divertirse, sin ningún tipo de desfile
callejero que siempre las enaltece y da valor.
O incluso celebrándose sólo virtualmente, esto es, a medio gas; sin
salir de casa y sentado frente al ordenador conectado a Internet.
Y claro,
todo ello, por culpa de la dichosa pandemia de marras, que nos tiene así de
tristes y contrariados desde hace más de un año, y sin visos de que el panorama
en este sentido vaya a cambiar un ápice de manera inmediata, y ya todos a la
calle a celebrar la vida y sus alrededores con todo tipo de actos multitudinarios.
Así, se
suceden unas tras otras las resoluciones de las autoridades provinciales y
locales anunciando la suspensión de tal o cual fiesta, de tal o cual
concentración deportiva o torneo que lleven a la reunión de personas tanto en
el interior de los recintos como en el exterior.
Es el
caso que viene sucediendo estos días con motivo de las fiestas de Carnaval, que
han sido suspendidas por el consistorio –por lo que a la capital se refiere- a
la vista de la situación sanitaria tan penosa por la que estamos atravesando.
Y así
cada día que pasa, que se multiplican los comunicados en los diferentes ámbitos
provinciales anunciando que, para este año y a consecuencia de la pandemia, se
suspenden los actos con motivo de tal o cual celebración. Y, en el mejor de los casos, se reservan
algunos de ellos para su celebración virtual, por aquello de que el personal
pueda agarrarse a algo.
Así que
en estos próximos días, nada de disfraces, nada de animados desfiles
multicolores por calles y avenidas, nada de músicas de desenfadados ritmos
acompañando a aquéllos; y sí todos en casa y respetando las normas para evitar
contagios gratuitos.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 10/02/2021)
Como sigamos con este ritmo cuando se vuelva a celebrar algo nos quedamos en casa.
ResponderEliminarDe los carnavales siempre nos quedaran las orejuelas.
Saludos.
Pues así es, Tomás, éste parece el cuento de nunca acabar. Eso sí, las orejuelas insustituibles en estos días. Saludos.
Eliminar