Y en esas estábamos, cuando hete aquí que, de buenas a primeras, se cumplió la tan anunciada predicción; y nevó. Y vaya si nevó.
Y aquí
estábamos, en estos últimos días, los habitantes de la capital y de algunos
otros municipios más del sur provincial, apostados permanentemente frente a las
ventanas esperando a que su serenísima y silenciosa majestad la nieve, se
dignase posar su blanco manto sobre nuestro vasto territorio.
Porque,
desde que se nos anunciase un importante temporal de nieve –la nevada del siglo
nos dijeron-, por acción de la borrasca “Filomena”, así estábamos, observando
el panorama exterior por ver si ocurría el fenómeno.
Mientras
en otras zonas de la provincia, con centro localizado en el Norte montañoso, ya
hacía días que la nieve había aparecido con contundencia manifiesta y
ocasionando, a su paso, las consabidas dificultades en las comunicaciones por
carretera.
Pero
aquí, unos cuantos kilómetros más al sur, veíamos que nada de nada; ni rastro
de este blanco elemento meteorológico; y eso que se nos había anunciado por
activa y pasiva que la nieve llegaría, sí o sí, a la práctica totalidad del
país. Y de fondo, las imágenes de televisión en cada uno de los informativos
remarcando un ambiente nevado casi general del país.
Bien,
pues aun así, en esta zona de la provincia, ni rastro de este meteoro blanco,
nada de nada. Y con la cámara del móvil en perfecto estado de alerta que
estábamos, por si por fin la tan esperada borrasca de nieve se dignase
visitarnos y cambiar la fisonomía del paisaje.
Y claro,
no dejaba de ser curioso que, mientras a nuestro alrededor no cesaban de
producirse imágenes de copiosas nevadas, aquí en nuestro entorno más próximo,
solamente encontrábamos unos aires heladores que nos dejaban tiritando de
frío. Porque si por fin nevase, las
temperaturas se mostrarían mucho más suaves, decíamos todos.
Claro
que, también sabíamos cómo se las gasta el tiempo, y que si hoy veíamos el
panorama a nuestro alrededor multicolor y con todos los matices que le son
propios, mañana podía ser que lo viésemos de un único color, blanco en todo lo
que nuestra vista fuese capaz de dominar.
Y en esas
estábamos, cuando hete aquí que, de buenas a primeras, se cumplió la tan
anunciada predicción; y nevó. Y vaya si
nevó.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 20/01/2020)
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