Y en todo este proceso, llevamos empeñados casi tres meses, día a día...
Estamos
asistiendo en estos días, mal que nos pese, a un fenómeno tan poco usual y
extraordinario cual es éste que se nos coló de rondón, bajo la denominación
científica de covid-19; y que no encontramos manera de echarlo de nuestras
vidas, por más que tenemos a todo un país a su caza y captura desde los
diferentes estamentos, población en general incluidos.
Vidas, algunas de las nuestras
que, en ocasiones, nos siega sin remisión; con lo que bien podemos decir que
nos está trayendo a mal traer y llevando por la calle de la amargura a más de
uno y a más de dos. Por lo que no cabe
duda que tiene que ser estudiado científicamente hasta la saciedad, hasta dar
con la ansiada vacuna que nos inmunice a todos frente a él.
Y es que fue tan inesperado
todo, que nadie pudo, siquiera imaginar, que algo así nos fuese a ocurrir en
pleno siglo del súper desarrollismo en todos los sentidos, y nos fuese a
afectar de la forma que lo ha hecho y sigue haciéndolo. Aunque ahora, se le pueda atajar ya en algunos
aspectos de su propagación.
Y claro,
sucede, además, que esta crisis sanitaria ha producido una crisis económica y también
social, al tener que paralizarse la actividad económica del país en casi su
totalidad, por tener que confinarse a la población en sus casas con objeto de
que el virus no se expandiese a sus anchas.
Pero un país no puede estar
continuamente confinado; debe tratar de, con las medidas sanitarias adecuadas,
salir poco a poco de la crisis y comenzar el camino hacia una normalidad en
todos los órdenes de la vida.
Y, he aquí el momento actual
en el que andamos metidos, con un grado de superación de la crisis marcado por
una serie de fases correlativas que, una vez superadas una a una, nos
encontraríamos al final del camino de la tierra de promisión: el fin de la
crisis.
Que sería cuando habríamos alcanzado,
así es de esperar, la conocida como “nueva normalidad”; donde aún perdurarían
una serie de reglas de higiene personal y distanciamiento social, con el fin de
ponerle las cosas difíciles al virus.
Y en todo este proceso,
llevamos empeñados casi tres meses, día a día; ni un mal sueño…
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 03/06/2020)
No hay comentarios:
Publicar un comentario