Como el que no quiere la cosa, estamos encarando ya la segunda quincena
del mes de junio y, cuando en otras circunstancias deberíamos estar hablando de
vacaciones a todo confort, tiempo de playa, de terrazas junto al mar al caer la
tarde y cena en cualquiera de los chiringuitos del litoral con vistas al
inmenso mar, donde a lo lejos se aprecian distintos puntos luminosos que
corresponden con las luces de los barcos de los pescadores del lugar en plena
faena; nos encontramos en esta ocasión, empero, dando los primeros pasos, no sin
ciertos recelos, cuando no miedos, en pos de iniciar la preparación de las que pudiéramos
llamar unas vacaciones de verano a medio gas, con los establecimientos
turísticos, hoteles, bares y restaurantes todavía no a pleno rendimiento y a la
espera de cómo pueden irse desarrollando los acontecimientos.
Y ello como consecuencia de los contratiempos y circunstancias que
venimos padeciendo desde hace ya algo más de tres meses o noventa y pico días,
dicho en otra medida del tiempo por aquello de tratar de mitigar en lo posible
una situación que nos tiene ocupados y preocupados todo este último período de
nuestras vidas.
Ahora, cuando parece que podemos ya ir asomándonos en real a los que son
los límites de nuestra provincia e incluso traspasarlos, tras haber superado
con éxito el alivio que supuso el poder asomarnos al borde de nuestras propias
casas y atravesarlo con ciertas garantías de no sufrir en el intento; estamos,
con las debidas cautelas, tratando de decir adiós e incluso olvidar los malos
momentos de este pasado reciente, que los hubo, y afrontar este nuevo período
de tiempo, con el verano como motor del cambio, que se nos abre prometedor a
partir de ahora.
Pero claro, todo esto siempre que sepamos hacer bien las cosas, seguir
las recomendaciones marcadas, respetar las reglas de convivencia establecidas y
no adentrarnos en terrenos pedregosos.
Porque un retroceso que nos llevase a una situación como la pasada, no
sé si íbamos a poder entenderla y llevarla a cabo, con la consiguiente merma,
además, de la coyuntura económica, ya de por sí mala, como consecuencia de la
crisis sanitaria vivida.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 17/06/2020)
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