lo que ha pasado, en esencia, es que los políticos han seguido básicamente a lo suyo, poniéndose a caldo...
Estos días pasados, de vuelta de vacaciones ya, preguntaba a un amigo de
los que se quedan aquí en la ciudad sin tomar vacaciones por razones varias y
que sigue siempre la actualidad del país de cabo a rabo, con el que me reencontraba
en plena Calle Mayor, que qué había pasado en este último tiempo de carácter
novedoso, tanto por aquí en esto, como a nivel más nacional.
Y va, mi amigo, y me suelta que lo que ha pasado, en esencia, es que los
políticos han seguido básicamente a lo suyo, poniéndose a caldo, afanándose en
ponerse verdes unos a otros; y tratándose a cara de perro casi y hasta
tirándose los trastos a la cabeza los unos a los otros –figuradamente
hablando-, no importando su signo político.
Y al preguntarle por el motivo –porque yo ha sido tomar vacaciones y
apagar móvil, radio, televisión y referencias de prensa-, me ha soltado, no sin
cierto grado de extrañeza, que cómo es que no estoy yo también al cabo de la
calle, como el resto de ciudadanos, sobre el verdadero culebrón del verano, con
nombres y apellidos en real; que ha servido para llenar páginas de periódicos y
tertulias de radio y televisión como pocos veranos anteriores.
Y es que, me ha acabado de corroborar mi amigo algo de lo que, no
obstante estar alejado del día a día nacional, yo ya me temía por razones
obvias; que el motivo de este ninguneo entre políticos, este constante reproche
entre ellos, ha sido debido a la no constitución del nuevo gobierno de la
nación el pasado julio, echándose las culpas los unos a los otros.
Y que van, luego, y se marchan de vacaciones sin haber logrado arreglar
nada, ni haber puesto siquiera las mimbres para formar el armazón del próximo
gobierno fuerte del país, sentencia mi amigo; este país es que no hay quién le
entienda.
Claro que, concluye mi amigo, esta realidad se está juntando con otra
realidad económica que nos habla ya de unos indicadores económicos en clara
bajada con respecto al producto interior bruto, que es quien realmente tira del
país. Y una situación así, es claro que
puede acabar por estallarnos en las manos a todos, políticos y ciudadanos de a
pie. Y España no se merece esto, no se lo merece, remata mi amigo.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 11/09/2019)
No hay comentarios:
Publicar un comentario