llegados estos días de julio y agosto, no existe una sola localidad que no tenga su "Verano Cultural"...
Que el verano es un tiempo
propicio para que, por “h” o por “b”, ocurra casi todo lo posible e incluso lo
imposible a nuestro alrededor, nadie lo pone en duda. Y ello, entre otras
cosas, porque es cuando la temperatura nos incita a salir a la calle con mayor
frecuencia, a confraternizar con más intensidad en eventos mil con amigos y
vecinos. Es también cuando la gente se
puede encontrar, a poco que lo intente, en ambientes más relajados y distendidos;
no habrá mayormente prisa en esos días para retirarse a descansar porque no se
dependerá del despertador para madrugar al día siguiente…
Y escudriñando entre ese “casi
todo” que decíamos, hay una actividad que destaca por encima de cualquier otra,
tanto en la capital como en la provincia, como un hecho palpable a todas luces
en estos meses de verano.
Y es que, llegados estos días
de julio y agosto, y si realizásemos una ruta por la provincia –capital
incluida-, nos encontraríamos con que no existe una sola localidad que así se
precie –con un cierto número de habitantes en su haber-, que no tenga en su
programación de actividades una serie de ellas cobijadas bajo el paraguas
general de “Verano Cultural” en sentido amplio.
Que luego ya vendrán las
particularidades de cada comarca o localidad, con actividades que tendrán que
ver con aspectos que encajen en talleres, presentaciones de libros,
recreaciones históricas, tradiciones recuperadas…, reunidas bajo denominaciones
tales como “Talleres familiares”, “Cultura Veraniega”, “Noches de Verano”, “Festivales
de Música”, “Huerta de las Delicias”, “Rutas por la ciudad”…
Y es que pareciera que, la que
de un tiempo para acá, hemos dado en llamar “España vaciada”, dando cabida en
ella a nuestro despoblado ámbito rural, de repente, llegado el verano comenzase
a cobrar vida y se manifestase hasta incluso tumultuosa en algunos lugares.
Ojalá fuese tan fácil la
mecánica para asentar población en nuestros núcleos rurales. Pero no, es todo mucho más complejo. Aunque qué duda cabe que esta serie de actos
tan queridos y tan familiares a la par que instructivos del “Verano Cultural”
de nuestros pueblos, sirven para cohesionar a las personas que a ellos acuden y
a fomentar un cierto espíritu de pertenencia a una comunidad cercana.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 17/07/2019)
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