...al expresar “vaciada” en lugar de “vacía”, se quería colocar la carga de la prueba sobre el hombro de nuestros políticos...
Días pasados, tuvo lugar en la
capital de España una manifestación auspiciada bajo una pancarta común –que ya
es difícil lograrlo en los últimos tiempos en nuestro país-, que llevaba por
título: “La España vaciada” –toda una clara connotación en sí misma-; con
gentes allegadas a la villa y corte desde todos los lugares del estado. Pues la protesta –a la vista estaba-, tenía
como objeto, ni más ni menos, que denunciar la constante y alarmante pérdida de
población de nuestros núcleos rurales que, poco a poco, se están quedando en el
más absoluto abandono; con desaparición real incluida de muchos de ellos no
tardando demasiado tiempo, por inanición total –hablando en esencia en términos de salud-
.
Una concentración, esta, muy
concurrida y numerosa, habida cuenta del problema que se denunciaba, que afecta
prácticamente por igual a todas las provincias del Estado, aunque en algunas de
ellas la situación sea mucho más grave en términos reales por el contexto
general en el que se desenvuelve. Y con un matiz muy a tener en cuenta en el
manifiesto que exponía la situación, pues al expresar “vaciada” en lugar de
“vacía”, se quería colocar la carga de la prueba sobre el hombro de nuestros
políticos, por sus pobres políticas en este aspecto, que han llevado a que se
provoque esta situación que ahora se vive en el medio rural.
Desde este “Rincón Palentino”
que, en muchas ocasiones, ha recogido esta alarmante pérdida de población de
nuestro entorno rural, se quiere resaltar y poner en valor, apoyándolos, esta
preocupación de estos colectivos que salieron a la calle a manifestar su
denuncia en voz alta contra los poderes públicos.
Bien, pues hilando con lo
anterior, y porque viene también del pueblo, de sus tradiciones y fiestas
antañonas, y formando parte de su rico patrimonio cultural, mencionar la
exposición “Castañuelas” que se ha abierto recientemente en el Centro Cultural
Provincial, para poner en valor ese instrumento musical hecho de madera, con
ese sonido tan característico –alegre por demás-, que forma parte indivisible
de nuestro rico folclore provincial, ejecutándose sobre todo a través de la
jota y otros bailes de carácter más ritual, pero del pueblo.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 10/04/2019)
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