Animada en alto grado y devolviéndonos unos cuantos años atrás en el
tiempo, se mostraba días pasados nuestra Plaza Mayor y algunos de sus espacios
más próximos, con motivo de la celebración de Las Candelas y su Mercado
Tradicional y popular de Palencia.
Y tan ambientado estaba el lugar con sus mil y un cachivaches, atracciones
y divertimentos al uso, que es lo que decían a golpe pronto un grupo de
palentinos allí presentes ese mismo día de la Patrona, en pleno fragor de la
fiesta; al observar cómo junto a ellos se dejaba ver la presencia de un carro
de varas de los de antes, tirado por un apacible y peludo borrico; siendo,
tanto el animal como el propio carruaje, la atracción de la grey infantil, que
pugnaban a cada paso por subirse sobre ellos para un corto paseo por el
interior de la Plaza.
Lo que les llevaría a este grupo de palentinos a comentar entre bromas y
veras lo siguiente: Porque no es posible ya, pero si el gran Manolo Escobar
estuviese aún entre nosotros, seguro que más de un palentino estaría en estos
momentos haciéndole saber al cantante mediante una llamada de móvil la buena
nueva del momento: Que no buscase más, que no se volviese loco pregonándolo por
aquí y por allá, que su famoso carro, al que con tanto detalle describía en su
canción del mismo nombre, había aparecido ya, ¡albricias! pues. Y que lo había
hecho entre nosotros, los palentinos. Y
nada menos que en plena Plaza Mayor de Palencia.
Pero que no era preciso que se diese excesiva prisa el cantante en venir a
recogerlo, porque estaba siendo muy bien tratado por los palentinos.
Y es que, en efecto, el carro en cuestión, con sus continuados paseos por
este recinto capitalino, formaba parte, como un atractivo más, del conjunto de
actividades programadas con motivo de tan excelsa celebración festiva.
En tanto en derredor suyo, el resto del perímetro
urbano iba recibiendo poco a poco y de una forma continuada a unos vecinos
ávidos de fiesta y ataviados para la misma, que se mostraban deseosos de
encontrarse con las decenas de puestos allí instalados; capaces de ofrecer un
entretenido recorrido por entre las diferentes propuestas expositivas, reunidas
en torno a la alimentación y a la artesanía como puntos base, pero con sus especificidades bien definidas a lo largo de sus
atractivos y bien montados puntos de venta que hacían la delicia de los
paseantes.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 12/02/2014)
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