Con los
últimos rayos de sol del verano calentando la tierra –pues oficialmente, éste
terminará en tres días, este 23 de septiembre-, y coincidiendo en el tiempo con
las últimas celebraciones festivas en la provincia –romerías marianas y votivas
en concreto- para honrar a la Virgen María bajo determinadas advocaciones según
los distintos ámbitos territoriales, diremos adiós a esta estación del año que
siempre ha gozado de gran predicamento entre el personal; porque siempre la
hemos asociado al buen tiempo y a período de vacaciones por excelencia.
Y veremos
cómo todavía hay ganas de fiesta entre las gentes que se han acercado este
verano a nuestros pueblos para pasar en ellos sus vacaciones. Porque han estado de bote en bote y muy animados;
con fiestas por aquí y por allá con motivos mil, con semanas culturales y de
homenajes varios, con conmemoraciones de algún hecho histórico del pasado
traído al presente y recuperado para la ocasión, y, por supuesto, celebrando
por todo lo alto a sus santos patronos tradicionales y tirando la casa por la
ventana con tal motivo en cuanto a los programas de actos populares se trata.
Y aun
así, todavía con ganas para encarar estas romerías en diferentes lugares de
nuestra provincia y bajo distintas advocaciones marianas, que son en el fondo
una fiesta también, aunque marcada aquí por una profunda tradición secular, un
hondo sentimiento religioso y un sentido deseo de confraternización más allá de
lo puramente festivo.
Pero como
todo es efímero en el tiempo, al día siguiente de pasar todo esto, decenas de
casas de nuestros pueblos echarán la llave y quedarán cerradas a cal y canto
hasta la próxima ocasión, produciéndose de nuevo una especie de éxodo a toda
prisa de las gentes que hasta allí llegaron con el comienzo del verano, para
regresar a sus lugares de residencia habituales. Mientras en la radio del coche suene tal vez
a la par aquella famosa canción del Dúo Dinámico que hace referencia al final
del verano.
Y tras
esta salida, volverá a repetirse la misma estampa de siempre: la soledad del
lugar, cada vez con mayor incidencia, hasta el punto de cronificarse sine die
la situación.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 20/09/2023)
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