Ahora que nos encaminamos con paso firme hacia la
primavera que, en breves días, estará entre nosotros y nos traerá unos campos
en flor que llamarán sin duda nuestra atención en nuestros paseos por ellos, el
cambiante paisaje que nos será dado observar, impresionará de súbito nuestra
retina y nos hará soñar con un mundo mucho más amable y con grandes deseos de
querer vivir más al aire libre.
Y en estos paseos por esos campos en flor de nuestra
tierra, seguro que en más de una localidad nos vamos a encontrar con un tipo de
construcción con una arquitectura popular muy particular –la llamada
arquitectura de tierra-, que son los palomares, cuya utilidad hay que buscarla,
como sabemos, en la crianza de palomas y pichones; que en su origen, contribuyeron
al sostenimiento económico de las familias.
Nuestra provincia es rica en este tipo de
construcciones, situadas siempre en pleno campo, en los alrededores del pueblo
y edificadas con la materia prima que se encontraba fácil en el lugar, el barro
y su transformación en adobe, de gran poder como aislante térmico. Y, desde
luego, perfectamente integradas en el conjunto paisajístico del lugar y
formando una identidad única con el propio municipio y el territorio
circundante. Mostrándose algo de todo
esto en el Centro Temático del Palomar existente en la localidad de Santoyo.
Aunque, recorriendo la provincia, los podemos
encontrar presentes a lo largo de todo su territorio, es quizás en la comarca
de Tierra de Campos donde más abunde su presencia. Y con su arquitectura típica de formas
principalmente circular, cuadrada y rectangular.
Con el paso del tiempo, la mayoría de ellos fueron
perdiendo su utilidad al perder el uso para el que se construyeron y terminaron
abandonados a su suerte, con el correspondiente deterioro en su construcción,
dejando a la vista su estructura interior.
Sin embargo, en la actualidad, gracias a las ayudas
recibidas de las instituciones a través de un programa de rehabilitación de
estas construcciones, ha habido una especie de giro hacia la reconstrucción de
algunos de estos palomares, con lo que esto representa de positivo también en
la restitución del paisaje.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 08/03/2023)
Unos edificios que poco a poco van integrándose en la tierra de la que salieron. En Gozón solo quedan en el pueblo el de Silvano y los Montes y en el campo ya muy deteriorado el del Sr Ángel, en Velillas no recuerdo ver ninguno según paso.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Tomás por tu comentario y por seguir mis colaboraciones en Diario Palentino. En Velillas también había palomares, que han quedado inutilizados y destruidos con el paso del tiempo. Estaban del otro lado de la carretera, pasando las casas del pueblo en dirección al río. Creo que aún queda uno en pie, bastante grande de tamaño. Saludos.
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