Palmas y mucho más

 

Así como quien no quiere la cosa y tras dos días más de calendario, diremos adiós a este tercer mes del año, marzo.  Y concluirá también a la par el primero de sus trimestres.

Pero no habrá que estar tristes por esta doble pérdida porque, a cambio, recibiremos con todos los honores que le son propios al mes de abril.  Que se anclará por aquí con la primavera en plena ebullición ya; y que si no llega a alcanzar todavía el calificativo de mes de las flores –como le ocurre a mayo-, sí nos dará suficientes muestras de innumerables signos de vida en nuestros campos.

Pero también, este mes de abril vendrá cargado de fiestas por doquier en nuestra provincia.  Que no habrá domingo de abril que no haya que resaltar porque, aparte de que sea festivo por sí mismo, lo va a ser también por llevar añadida una celebración festiva de renombre.  Juzguen ustedes.

Comenzaremos por el 2 de abril, festividad del Domingo de Ramos, con las palmas ondeando en nuestras calles; proseguiremos con el domingo 9, que nos traerá la gran fiesta en torno a la Pascua de Resurrección.  A continuación, el domingo 16, una fiesta muy entrañable para los palentinos, porque nos subiremos en peregrinación hasta el cerro del Cristo del Otero para convertirnos en romeros y asistir a la familiar pedrea del pan y el quesillo.

El domingo siguiente, 23 de abril, viajaremos hasta la emblemática localidad de Villalar de los Comuneros para rememorar un importante hito de nuestra historia y proclamar a los cuatro vientos nuestro sentimiento castellano y leonés en este día de la Comunidad.

Y ya el último domingo de abril, el día 30, pues le dejamos libre y celebraremos el domingo sin más, que no es poco.

Aunque, claro, nos hemos fijado sólo en los domingos; pero junto a ellos, este mes festivo en demasía de abril, nos coloca también al Jueves y Viernes Santo, días 6 y 7.

Pero aún hay más, porque los palentinos de la capital honraremos también, el martes 25, a San Marcos, con su popular romería en nuestro entrañable parque del Sotillo.

Así que, visto este somero repaso del mes, juzguen ustedes si abril viene cargado de fiestas o no.  

Que va a ser que sí. 

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 29/03/2023)

Viviendo la primavera

 

Bueno, pues ya la tenemos aquí, se ha hecho de rogar un poco, la verdad, pero ya está entre nosotros.  Y ha llegado con la fuerza que la caracteriza, poniendo a la naturaleza patas arriba –permítaseme la expresión-. 

Haciéndolo, además, para quedarse por aquí, que es lo que más satisfacción nos produce; porque venimos de un tiempo de un invierno largo y frío que parecía no íbamos a poder quitarnos de encima nunca, porque pasaban los días y el panorama exterior no variaba ni un ápice.  

Pero, hete aquí que, después de tanto y tanto pensar en ella e invocarla, como cada año se ha obrado el milagro y la primavera ha aparecido al fin entre nosotros con la fuerza de un ciclón, revolucionando todo lo que ha encontrado a su alrededor. 

Y mira que ha tenido que luchar contra viento y marea, porque el panorama estaba totalmente devastado tras un invierno que había arrasado con todo resto de vida emergente en nuestros campos, dejándolos al borde de la inanición casi.  Pero la naturaleza, que es muy sabia, llegado el momento ha sabido imponerse a la realidad y ha vuelto a obrarse el milagro, surgiendo la vida por doquier.

Por ello, nos tocará decir nuevamente aquello de que “la primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido”, que ya dijera el poeta.

El caso es que su llegada nos ha alborozado el ánimo y nos ha proporcionado de pronto el aliento necesario para encarar la vida con una mayor alegría.

Será cierto, entonces, aquello de que la primavera la sangre altera?.  Pues, qué tal si eso lo experimentamos cada uno de nosotros a lo largo de los próximos meses?.

Claro que, aunque en estos primeros días de paso entre una y otra estación, el invierno pueda intentar hacernos todavía algún requiebro con las temperaturas, fruto de algún fenómeno atmosférico de los que le son propios en su amplio catálogo, contemos, empero, con que no sea de gran alcance y sea más bien una pequeña pataleta del susodicho tratando de marcharse dejando su marca, porque bien sabemos que a estas alturas su mando en plaza está ya en horas bajas.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 22/03/2023)

 

 

Próxima a llegar

 

Ahora que ya vemos a la primavera situándose en los puestos de cabeza, con la meta a la vuelta de la esquina como aquel que dice; pues en efecto, llegará hasta nosotros oficialmente este próximo 20 de marzo, lunes para ser más exactos –qué buen regalo para un inicio de semana pensarán los más detractores de los lunes-, va a ser cuestión entonces de comenzar a olvidar a este largo y frío invierno que venimos padeciendo y que, para contento general, poco a poco vamos a ir dejando atrás, para adentrarnos en un devenir de los días mucho más amable meteorológicamente hablando.

Y es que en algunos lugares, mucho más cálidos que estos nuestros, han aparecido ya las primeras y madrugadoras flores en los almendros y, poco a poco, los demás árboles y arbustos del campo y de la ciudad verán también cómo les llega la hora de salir del largo letargo invernal y comenzarán a lucir sus mejores galas, para contento nuestro.

Porque la naturaleza, que es muy sabia, llegado ese momento nos volverá a regalar el poder contemplar a nuestro alrededor unos paisajes verdes por doquier, donde los árboles comenzarán a retoñar y florecer a cada paso, hasta llegar a su máxima expresión de belleza.

Y nosotros, cansados como estamos de estos meses de invierno crudo y duro y con la luminosidad de los días bajo mínimos, nos dejaremos arrastrar con facilidad por este llamamiento tan sublime de la madre naturaleza, para poco a poco ir adentrándonos en la hermosura que va dejando instalada a nuestro lado.

Y saldremos cada día con presteza a descubrirla en nuestros parques y jardines, en las arboledas de nuestras calles y avenidas, en los paseos junto a los ríos, y en todos nuestros campos en general.

Pero también en nuestros valles y llanuras, y en nuestras montañas colina arriba; que irán adquiriendo así una vistosidad y un encanto que propiciará un atractivo único para estos lugares.

Tiempo de primavera, el que nos llegará en breve, que favorecerá el más bello canto de la naturaleza a voz en grito, donde sentiremos cómo la vida de todos los seres vivos de nuestro alrededor resurge de nuevo de una manera sencilla pero hermosa a la vez.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 15/03/2023)

 

 

 

                                                                                

 

 

 

Palomares

 

Ahora que nos encaminamos con paso firme hacia la primavera que, en breves días, estará entre nosotros y nos traerá unos campos en flor que llamarán sin duda nuestra atención en nuestros paseos por ellos, el cambiante paisaje que nos será dado observar, impresionará de súbito nuestra retina y nos hará soñar con un mundo mucho más amable y con grandes deseos de querer vivir más al aire libre.

Y en estos paseos por esos campos en flor de nuestra tierra, seguro que en más de una localidad nos vamos a encontrar con un tipo de construcción con una arquitectura popular muy particular –la llamada arquitectura de tierra-, que son los palomares, cuya utilidad hay que buscarla, como sabemos, en la crianza de palomas y pichones; que en su origen, contribuyeron al sostenimiento económico de las familias.

Nuestra provincia es rica en este tipo de construcciones, situadas siempre en pleno campo, en los alrededores del pueblo y edificadas con la materia prima que se encontraba fácil en el lugar, el barro y su transformación en adobe, de gran poder como aislante térmico. Y, desde luego, perfectamente integradas en el conjunto paisajístico del lugar y formando una identidad única con el propio municipio y el territorio circundante.  Mostrándose algo de todo esto en el Centro Temático del Palomar existente en la localidad de Santoyo.

Aunque, recorriendo la provincia, los podemos encontrar presentes a lo largo de todo su territorio, es quizás en la comarca de Tierra de Campos donde más abunde su presencia.  Y con su arquitectura típica de formas principalmente circular, cuadrada y rectangular.

Con el paso del tiempo, la mayoría de ellos fueron perdiendo su utilidad al perder el uso para el que se construyeron y terminaron abandonados a su suerte, con el correspondiente deterioro en su construcción, dejando a la vista su estructura interior.

Sin embargo, en la actualidad, gracias a las ayudas recibidas de las instituciones a través de un programa de rehabilitación de estas construcciones, ha habido una especie de giro hacia la reconstrucción de algunos de estos palomares, con lo que esto representa de positivo también en la restitución del paisaje.

 

 (Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 08/03/2023)    

 

 

 

Campanas

 

A finales del pasado año, la UNESCO acordó declarar el toque manual de campanas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.  Una muy buena noticia para los amantes de los toques de campana que, de este modo, puede salvaguardarse de manera más efectiva el que esta actividad tan tradicional de nuestro mundo rural, con las campanas como protagonistas, se la valore en su justa medida y no se pierda por los derroteros del olvido y la indiferencia.  Eso sí, siempre que haya personas que quieran aprender estos diversos toques y enseñarlos luego a sus congéneres.

Desde luego que esta declaración de la UNESCO no ha llegado porque sí, sino que ha venido avalada por el arduo trabajo y la constancia demostrada a lo largo de los años por las diferentes asociaciones de campaneros del mundo, con las de nuestro país incluidas.  Encontrándose entre ellas, para nuestro gozo provincial, una palentina.

En efecto, se trata de la Asociación de Campaneros Villaltanos, ubicada en la localidad palentina de Villota del Páramo.  Cuyo gusto por los toques de campana y su continua difusión de los mismos allá donde se les llama, habrán servido, sin duda, para coadyuvar a esta declaración como patrimonio inmaterial de la humanidad. 

Y es que resulta todo un arte en sí esta tradición ancestral recogida en nuestros pueblos, donde el toque manual de las campanas servía para transmitir a sus vecinos noticias o novedades del día a día, tanto en el aspecto religioso como en el civil; aportando también su granito de arena en las estampas festivas de la localidad y dotándole de su dosis de alegría correspondiente.

Así, un toque determinado de las campanas, que producía el correspondiente sonido que se extendía con prontitud por toda la población, nos podía estar anunciando el nacimiento de un nuevo bebé en el pueblo; como otro diferente al anterior nos informaba del fallecimiento de algún vecino.  O un tercero, de características bien distintas, nos avisaba de un incendio en el casco urbano o en los campos de los alrededores.

Y claro, existe aún ese otro toque tan popular, anunciando un inminente inicio, que convoca a los vecinos a los actos religiosos en la iglesia.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 01/03/2023)