Foto (Internet)
Acabamos
de iniciar junio, el mes que, en el transcurso de sus días, dobla al año por la
mitad y lo divide en dos partes iguales, dejándolo a la postre con tantos días
transcurridos y acarreados sobre nuestras espaldas, como pendientes de pasar.
Y si bien
los días que están por venir son una incógnita total por razones obvias, de los
ya pasados sí podemos hablar, porque han sido vividos con inmensa pasión y con
la intensidad requerida. Aunque, debido a la crisis sanitaria que padecemos
como consecuencia del coronavirus y las restricciones a las que venimos estando
sometidos, esa intensidad no ha podido ser aplicada en su grado máximo, sino
mermada exponencialmente a la gravedad de los momentos pasados.
Doblando
el año, pues, y con la favorable perspectiva que con el paso de los días nos
está proporcionando el suministro gradual y masivo de las vacunas a la
población, habrá que pensar que el escenario vaya siendo cada vez más adecuado
para ir regresando a la normalidad de nuestras vidas; algo que llevamos
pretendiendo desde muchos meses atrás.
Un tiempo
éste que se nos ha hecho excesivamente largo en el suceder de sus días, aunque
con la esperanza siempre de alcanzar ese codiciado punto y seguido en nuestras
vidas y dejar en el olvido este año y pico así pasado, o quizá sólo en el
recuerdo. Y como algo que entre todos
hemos conseguido superar, aunque en algún momento hayamos tenido que pagar un
precio demasiado caro.
Así las
cosas, y con la fuerza que en esta segunda parte del año nos proporcionará, sin
duda, el verano y sus ansiados rayos de sol, encararemos con mejor talante
estos próximos meses, tras pasar el ecuador de un año que nadie imaginaba
hacerlo de la manera que ha habido que llevarlo a cabo; y lo que aún nos queda
en esta segunda parte del escenario.
Aunque
las perspectivas irán siendo cada vez más positivas y con resultados prácticos
que nos traerán un sinfín de circunstancias que marcarán todo un hito en
nuestras vidas; como cuando llegue el momento de poder despojarnos de las
mascarillas y volver a mostrar nuestros rostros al natural, o cuando podamos
abrazarnos y besarnos sin miedo alguno…
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