El mundo ahí fuera es difícil, es competencia diaria y en casi todos los campos de la vida...
En este caminar primero de
primera hora de la mañana, con los ojos bien despiertos ya a pesar del temprano
madrugar, uno se puede encontrar en su camino con un variopinto ramillete de
realidades y aconteceres, que poco a poco irán marcando el devenir de la mañana
a medida que las horas vayan transcurriendo, ya con el grueso de la población
en pie y pendientes de sus obligaciones y quehaceres que les son propios.
Apenas los primeros rayos de
luz se habrán hecho presentes, que ya la pajarería urbana que pasó la noche en
algunas de las arboledas de nuestros parques, comienza a mostrarse inquieta
buscando el momento de salir de sus refugios para emprender la nueva jornada y
luchar por su supervivencia.
En otro plano, los noticieros
más madrugadores de la radio, que llevan ya varios minutos desgranando una tras
otra las noticias de más viva actualidad del día, resultarán igualmente
audibles para quienes a esa primera hora caminan ya por las calles de la
ciudad, que pueden ponerse al día de la actualidad al ir provistos de los
oportunos auriculares que pegan con fruición a sus oídos, mientras siguen su
caminar un tanto acelerado en pos de su destino mañanero.
Entretanto, el tráfico rodado
a pie de calle, que va poco a poco en progresivo aumento, comienza a ir
ocupando, sin colapsar en ningún momento, los diferentes carriles de las
principales vías urbanas; mientras, a la par, parecen irse encendiendo cada vez
más luces en las ventanas de los bloques de pisos del entorno urbano. Es el
síntoma de que la ciudad va despertando un tanto perezosamente.
Y es que a medida que pasan
los minutos, serán cada vez más los despertadores y otros artilugios varios que
comiencen a ponerse en marcha, de manera desaforada casi, llamando al personal
a ir abandonando el mundo de los sueños y enfrentarse a continuación con otra
realidad muy diferente, palpable en sí con tan sólo poner un pie en la calle y
dar los primeros pasos.
El mundo ahí fuera es difícil,
es competencia diaria y en casi todos los campos de la vida, como bien podemos
comprobar día a día. Y, como prueba de
ello, ahí están nuestros madrugadores pajarillos.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 06/02/2019)
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