La poesía ha sido, por lo común, un ejercicio minoritario. Qué duda cabe
que en ocasiones el personal no anda muy
sobrado precisamente de oportunidades para participar en según qué actividades,
y los actos culturales promovidos por las Instituciones, tanto públicas como
privadas, sabiendo aprovecharlos, pueden contribuir a llenar satisfactoriamente
las horas de algunas tardes.
Palencia no carece de vida cultural, y con referencia a uno de estos actos
culturales que tuvo lugar no hace demasiadas fechas en nuestra ciudad, quiero
llamar la atención sobre su singularidad. Y no porque el acto consistiera en la
presentación de una nuevo libro que aparecerá en las librerías palentinas,
hecho que, por otra parte, viene ocurriendo con alguna regularidad de un tiempo
para acá; sino porque en esta ocasión se trataba, en efecto, de un libro de
poesía –ya saben aquello de “malos tiempos para la lírica…”-, y porque el autor
es palentino, aunque en la diáspora, o “trasterrado”, como le gusta
autocalificarse al propio escritor; por aquello de que, según él mismo
reconoce, “se está en un sitio siendo de otro”.
Pero digámoslo ya, se trata de Joaquín Galán, poeta cerrateño, de
Villaviudas concretamente, donde naciera en la década de los 40. Y que días pasados regresara desde tierras
catalanas donde reside, a su Palencia de nacimiento y que tanto le inspira en
sus composiciones, para presentar su último libro de poemas: “Los puentes de
Wheat City”.
Nombre familiar éste de “Wheat City” para nosotros –Palencia, en realidad-,
que ya apareciera por primera vez en su otro poemario, “La perdición de
Ulises”, publicado con anterioridad.
Sin olvidar tampoco un
elemento novedoso que Joaquín Galán usa en muchos de estos poemas y que, según
explica, se trata de una especie de “articulación narrativa, con el desdoblamiento del sujeto poético en otras
voces…”. Un libro, en fin, “para pensar,
fecundando la imaginación”, como él mismo ambiciona.
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 9/07/2014)
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