De
entrada, y dado que el pasado miércoles, primer día de enero y festividad de
Año Nuevo, no se editó este periódico siguiendo la tradición de la prensa
escrita, quiero desde estos mismos instantes de este nuevo año que nos hemos
echado a las espaldas, desear un buen año para todos, lleno de paz y
prosperidad a espuertas, si fuera posible.
Que, a
fuer de ser sinceros y realistas, bastante difícil lo tenemos, tal y como
dejamos de mal el final del pasado año en cuanto a la actualidad de nuestro
país y la del mundo entero, cada uno en su parcela concreta; pero probablemente
engarzadas todas ellas y relacionadas entre sí por aquello de la globalización
internacional.
No sé si
estos nuevos doce meses que tenemos por delante nos dejarán arreglar los líos y
los desaguisados en los que andamos metidos como país por estos lares. La situación resulta cuando menos complicada,
y a juzgar por la mecha y el cariz que van tomando los acontecimientos, no
parecen deducirse soluciones prontas y que nos lleven a buen puerto, pues los
temas parecen estar bastante enquistados.
Y no sé si Murphy tendrá algo que ver aquí.
Pero, en
cualquier caso, habrá que intentarlo entre todos. Porque en una situación así pierde el país y
perdemos todos. Pues, gastando nuestras
energías en tratar de solventar los conflictos que van surgiendo cada día, no
usamos nuestro potencial para tratar de avanzar cada vez más en el área de
nuestro bienestar; algo que como máxima debiera tener cualquier gobierno que ha
sido elegido para regir los destinos del país.
Y esto no es lo que estamos viendo.
Antes al
contrario, porque lo único que parece observarse cada día es un continuo poner
palos en las ruedas para que el vehículo no avance, o procurarse zancadillas
unos a otros para que el contrario no progrese y no pueda articular su
proceder.
En fin,
que un nuevo tiempo se nos acaba de entregar para que, contando con su
extensión a lo largo de estos 365 días que ya han comenzado a correr, y con la
buena voluntad de cada uno de nosotros, que se nos antoja increíblemente brava,
esta situación conflictiva revierta y llegue a su final.