sábado, 28 de enero de 2017

ACABANDO ENERO

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Burla burlando, estamos ya a punto de acabar el mes de enero (a tan sólo un fin de semana y tres días más de ello).

Un mes que, de un tiempo para acá, viene precedido en la conciencia y el sentir de la mayoría de nosotros, de una cierta mala fama –acabadas las festividades navideñas, todo hay que decirlo-, por un cúmulo de circunstancias que, últimamente, se han ido pegando al normal desarrollo de sus días, y que le han convertido en un mes fatídico en esencia.

Hace algún tiempo, se le cargó con el “sambenito” de tener que llevar sobre la espalda de sus días la famosa “cuesta de enero”, de claros efectos negativos en el costoso y lento devenir de estos días.  Dado que se producía una merma significativa en los presupuestos monetarios de las familias, como consecuencia de haber vivido durante los días de Navidad por encima de las posibilidades reales y hasta, en ocasiones, haber tirado la casa por la ventana…

Y así, tratando de paliar de alguna manera esa situación, se inventaron las rebajas en el comercio textil, previendo que, de no hacerse algo al respecto, las ventas iban a caer estrepitosamente. Acertando con la medida y consiguiéndose una dinamización del comercio evidente a todas luces.

Pero no acaban aquí los males o las marcas negativas para el presente mes porque, además, se le ha añadido una más, que es relativamente moderna.  Se trata de que, entre sus lunes –ya de por sí duros y feos de sobrellevar-, hay uno que necesariamente destaca por ser el “más triste del año”; el famoso “blue monday” que, según el americano que lo descubrió –amparándose en una súper fórmula pseudo-matemática-, acarrearía sobre sí la desdicha de ser eso, el “más triste del año”, llevando aparejadas variables relacionadas con el clima, las deudas y los propósitos con cargo al nuevo año, que nos desbordarían en exceso.

Pero no se apuren que, por lo que respecta a este año, ese día ya lo pasamos y hasta seguro que lo medio olvidamos, pues quedó establecido en el pasado lunes 16 de enero. Así que tranquilos por ahí.
 
Y ahora, lo que nos queda es pelear con lo poco de mes que nos resta, tratando de sobrellevarlo de la mejor manera posible y llegando enteros a buen puerto.  Que ya tenemos a la vista febrero, y los palentinos lo comenzamos con una fiesta, Las Candelas, en honor de nuestra Patrona la Virgen de la Calle.

(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 25/01/2017)

miércoles, 18 de enero de 2017

CON ESTOS FRÍOS…

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...lo que procede es echarse al coleto un sabroso y humeante café con leche, que haga que se recupere el pulso, se recomponga el cuerpo y se vea el día de otra forma.
 


Con estos insistentes fríos tan de continuo –¡y los que vendrán!-, y las más que fuertes heladas nocturnas rondándonos las horas y los días, lo que se estila por estos lares es, abrigarse bien de la cabeza a los pies y tratar de buscar los lugares de la ciudad y alrededores donde, existiendo agua estancada, agua que fluye al exterior a través de fuentes o manantiales, o agua en movimiento muy mermado, estas constantes temperaturas en negativo han tomado protagonismo y han hecho de las suyas, dejándonos por acá huellas casi indelebles de su paso, al menos durante unos días.  Observando empero cómo los hielos cubren totalmente estos espacios donde, en tiempo reciente, el agua fluía sin ninguna cortapisa, y lo hacía hasta alegre y cantarín.  En cambio ahora, todo es silencio y friura en el ambiente.
 
Y así, si uno se acerca hasta, pongamos por caso la Dársena del Canal, puede observar la espesa capa de hielo que recubre su superficie, extendiéndose aguas adentro a lo largo del ramal del Canal que aquí desemboca.

 
E incluso el mismo río Carrión a su paso por la ciudad, en tramos donde la corriente de agua no es continua y en algunas de sus orillas entre juncos y otras hierbas de una considerable altura, se le puede ver con una capa importante de hielo.  Constatándose también que, aguas arriba, alguno de los pantanos que forman su cabecera, se muestra igualmente con sus aguas heladas.  Lo que nos puede dar una imagen gráfica de cómo se las gasta este año el invierno por estos lares. 
 
Claro que, a pesar de todo esto, es bueno recordar aquí aquello de que “quien no se consuela es porque no quiere”; porque tierras arriba y del otro lado de los Pirineos, la situación meteorológica es todavía mucho más grave y cruda que por aquí, infinitamente más… 
 

Pero regresando a nuestros límites capitalinos, para desengrasar a la vuelta de esta pequeña excursión ciudadana –más bien entonar el cuerpo-, lo que procede es echarse al coleto en alguno de los bares del recorrido, un sabroso y humeante café con leche, que haga que se recupere el pulso, se recomponga el cuerpo y se vea el día de otra forma; con los rayos de sol, además, penetrando por el ventanal de la cafetería en todo su esplendor.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 18/01/2017)
 
 
 
 
 

miércoles, 11 de enero de 2017

TIEMPO DE VUELTA

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Esto es, "cada mochuelo ha de volver a su olivo"…,
 
Tras haberse descorchado –vaya usted a saber si por imperativo legal en según qué casos- en muchos de nuestros hogares la penúltima de las botellas de champán que la ocasión demandaba -ésta de ahora con motivo de la fiesta de Reyes-, se darán por finiquitadas, es de suponer que dejando el pabellón bien alto, estas últimas celebraciones navideñas.  Que seguro serán de las mejores de nuestra vida, por aquello de que son las últimas vividas hasta el momento; aunque también puede que algún desdichado acontecimiento familiar las haya truncado y pasen a ser recordadas de una forma muy diferente.

En todo caso, la cuestión posterior estriba en que, al día siguiente –en esta ocasión el lunes-, todo el mundo en la práctica deberá volver a sus quehaceres habituales, sus duras realidades –mitigadas tal vez un tanto estos días por la fiesta-, su cotidianeidad ordinaria, sus continuas prisas de acá para allá...  Esto es, "cada mochuelo ha de volver a su olivo"…, salvando las lógicas distancias, claro.

Y para ayudar un tanto en esta vuelta a la realidad, por aquello de que en el aspecto monetario nuestros bolsillos quedaron seguramente un tanto mermados durante estas pasadas fechas, han llegado a nuestras vidas las clásicas y siempre muy bien recibidas rebajas de invierno, que cada temporada  parece que se nos muestran con unos precios más atractivos. Unas ofertas que, desde luego, son muy aplaudidas por el gran público, que sale a la calle en gran número en estas primeras fechas a la busca y captura de los mejores precios en las piezas de ropa que ya seleccionaron con anterioridad.

Que, ciertamente, mitigan un tanto este regreso a lo cotidiano, dotándolo de un cierto grado de calidez humana con el acercamiento entre las personas que, de manera general propician, dado su alto poder de convocatoria.


Mientras, en el exterior, el invierno sigue irrefrenable su camino, trayéndonos fríos, nieblas espesas y frías que se prolongan con los días; temperaturas muchos grados bajo cero y aguas heladas en estanques, canales y lagos. Lo que está haciendo que las ropas de abrigo añadidas, tipo viseras, gorras, gorros, bufandas, guantes y demás artículos de este tipo, proliferen en estos días.  Y haya sido, a la postre, un regalo muy socorrido en estas fechas para muchas personas; pero práctico y útil a más no poder. Que de eso se trata, también.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 11/01/2017)
 
 

miércoles, 4 de enero de 2017

EL PRIMERO DEL AÑO



...cuando apenas queramos darnos cuenta, estaremos ya a la mitad del año y camino de la segunda parte del mismo.
 
 
Bueno, pues resulta que estamos una vez más en el inicio de un nuevo año. Y por ello, este artículo será, a la postre, el primero de la serie; de los que irán saliendo a la luz, uno a uno miércoles a miércoles, a medida que vayan pasando los días, las semanas y los meses, y vayan cayendo por igual las hojas del calendario.

Que lo harán, aunque ahora veamos que son muchas, se encuentran todas bien juntas arriba del almanaque y, sumadas, acumulan un número grande de días; nada más y nada menos que 365, menos los cuatro ya transcurridos.

Pero que, cuando apenas queramos darnos cuenta, estaremos ya a la mitad del año y camino de la segunda parte del mismo, que llegará en un periquete, como aquel que dice.

El caso es que irán cayendo los días uno a uno y con una extraordinaria rapidez. Estos primeros, puede que de una forma más lenta, si acaso; pero que cuando comiencen a coger carrerilla -como dice la grey infantil-, esto ya no habrá quién lo pare.

Y claro, comienza un nuevo año, estamos en enero y venimos de pasar una serie de festividades donde, desde muchos aspectos, se intenta primar la celebración gastronómica. Por lo que el saber popular ha aportado también aquí su particular granito de arena a efectos del cómputo de kilos en demasía que nos echamos a la espalda en estos días.

Y para aquellos que tienen a bien cuidar especialmente de su cuerpo, que han visto que en estas fechas se les han arrimado algunos kilos de más; aprovechando que es el comienzo del año y resucitando una vieja idea del pasado de ponerse a dieta, siempre descartada, lamentablemente, una vez pasado enero, se ha extendido por aquí y por allá una especie de refrán muy cortito que dice que “hasta bien avanzado enero, no cuentan las calorías”.

Así que, como quiera que enero no ha hecho apenas más que comenzar con tan sólo cuatro días de vida, nos quedan algunos días todavía de generosidad culinaria y de holganza casera, antes de retomar, esta vez se supone que la cosa sí va a ir en serio de una vez por todas, la dieta que, al cabo de su tratamiento, nos dejará hechos unos “adonis” llenos de belleza y seducción a partes iguales.

De modo que, si el resultado se nos antoja positivo a todas luces, las acciones por nuestra parte en su búsqueda, no deben demorarse sin fecha a corto plazo.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 04/01/2017)