viernes, 29 de julio de 2016

BAJELES DE TIERRA ADENTRO

                                                            Foto (Internet)

Si ya de entrada, sorprende y resulta cuando menos curioso toparse en plena Meseta Castellana y en medio de nuestras “tierras de pan llevar”, con dos modernos barcos surcando -majestuosos y altivos ellos-, las aguas del Canal de Castilla –obra, como sabemos, de extraordinaria ingeniería para su tiempo, el siglo XVIII-; subirse a cualquiera de ellos en el tramo del Canal que recorren y verse de pronto envueltos en una atmósfera y un ambiente dieciochesco, el asunto va adquiriendo ya un calado de mucha mayor profundidad, y la imaginación más volátil se puede poner en marcha para tejer mil y una aventuras a lo largo del recorrido.

Y es que, en efecto, esa es la impresión primera que uno recibe cuando sube a bordo del “Juan de Homar” en Villaumbrales o del “Marqués de la Ensenada” en Herrera de Pisuerga; que estos son los nombres de los dos barcos que surcan este verano las aguas del Canal de Castilla en el tramo palentino del mismo, y estas las localidades desde donde zarpan y donde regresan, una vez concluido el viaje, para desembarcar al pasaje.

Un pasaje que, en estos días de verano, surcando estas aguas, aparte de sentirse trasladado al pasado por la propia ambientación del barco, puede desde su asiento, contemplar cómo las tierras de labor y cerealistas por las que discurre el Canal, a las que va horadando en un profundo surco, pero haciéndolas también fértiles; están siendo cosechadas con grandes máquinas y con apenas presencia humana, sólo la imprescindible para ponerlas en marcha.

Y será aquí, a buen seguro, cuando a algunos de los pasajeros la memoria les haga reflexionar y trasladarles por momentos a un pasado en el que estas faenas agrícolas que ahora contemplan tan cómodamente, requerían de mucha mayor presencia de personas –¡todas las manos eran pocas entonces! al estar mucho menos mecanizadas-, debiendo extenderse durante la totalidad del verano, y no sólo durante unos pocos días, como en la actualidad.
 
Y, por qué no, verse reflejados algunos de ellos en aquellas faenas de otros tiempos en estos campos aledaños al Canal. O paseando por los caminos de sirga de sus márgenes, por los que resulta una delicia caminar en estos días, a la sombra de sus grandes árboles.  En tanto, el barco sigue su marcha,
remontando ahora una de las esclusas, con el interés añadido entre el pasaje por esta nueva pequeña aventura.
 (Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 27/07/2016)
 
 

miércoles, 20 de julio de 2016

SALDAÑA ROMANA

                                                                  Foto (Internet)

Justo estos días de verano, cuando nuestros pueblos, que lucen como en pocas ocasiones sus mejores galas, compitiendo incluso con el de al lado en importancia y originalidad festiva, se ponen de bote en bote y hasta se ven desbordados casi de visitantes –los, en tiempo atrás, llamados con toda la intención de la palabra, veraneantes-, es buen momento para convocar a todos sus convecinos a participar en diferentes modalidades de celebraciones festivas y actividades al aire libre; con predominio de aquellas que recojan alguna tradición ancestral del lugar, unidas a las propiamente culturales; abarcando, sobre esas bases así de escuetas, diversas variantes o escenificaciones más o menos impactantes.

Así, centradas las autoridades locales de muchos de nuestros municipios más importantes, en la organización de todos estos eventos con todo lujo de detalles en estas fechas, la localidad de Saldaña, por ejemplo, ha seguido este patrón y ha acogido estos días de mediados de julio, con gran animación callejera, una nueva edición de su “Mercado Romano” (“Mercatus Romanus”), recordando su origen romano del pasado.

Un recuerdo al pasado que no les habrá costado mucho hacerse a la idea a los habitantes de la Comarca y visitantes en general, pues tan sólo con mirar a sus alrededores y, en concreto, en la dirección del lugar donde se asienta la famosa Villa Romana de “La Olmeda”, a tan sólo unos escasos kilómetros del núcleo urbano de Saldaña, uno identifica perfectamente lo que pudo ser esta Comarca en época romana.

Por lo que ahora, en la recreación moderna de este Mercado Romano y en las actividades de calle con él relacionadas, el espíritu de aquel pasado romano estaría muy presente en las gentes del lugar; lo que contribuiría de manera determinante a la hora de participar en los distintos actos; muy especialmente en los diferentes desfiles por las principales calles de la localidad con los vecinos disfrazados con trajes romanos para una ocasión tan especial.  
 
Y como final, decir que si el mercado romano alcanza ya la edición número trece, indica mucho de su éxito entre los vecinos de la Villa y sus alrededores, así como por parte de los muchos visitantes de fuera; lo que, sin duda, supone cada año una muy buena inyección económica para la localidad.
 
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 20/07/2016)

miércoles, 13 de julio de 2016

NOCHES DE VERANO PALENTINAS


Desde hace unos cuantos años hacia acá, las noches de los fines de semana de verano en Palencia, son diferentes; muy diferentes diríase incluso.  Porque son divertidas, se envuelven en cultura, suenan en palentino y resultan, a la par, muy ilustrativas en cuanto al conocimiento que proporcionan de muchos aspectos de nuestra historia, inclusive a muchos de nosotros, que cada día llevamos muy a gala el ser palentinos de pro.

Y es que, aprovechando la bondad de la temperatura reinante en esas noches, cuando más apetece estar en la calle disfrutando de lo que ésta nos puede ofrecer de particular, nos vamos de “Ruta nocturna” por la ciudad -¿alguien se apunta?-.

Y lo hacemos con el equipaje bien ligero, sólo las ganas de caminar durante un rato en grupo y la mente abierta para recibir alguna información añadida sobre lugares comunes de nuestra ciudad, monumentos que vemos casi a diario o personajes de la historia de los que guardamos alguna referencia, pero que muchas veces no les situamos en su época o desconocemos lo que hicieron por la ciudad.

Viaje nocturno, que no es sino una ruta turística en sí con todas las de la ley por la ciudad de Palencia, como una forma más de hacer turismo tratando de dar a conocer a los que nos visitan los encantos de los que goza nuestra capital.

Y que este año pivotan, de una parte los viernes, en torno a la obra de nuestro escultor por todos conocido, Victorio Macho; del que, con motivo de cumplirse los 50 años de su fallecimiento, se quiere poner en valor toda su obra escultórica, en especial la que está asentada en nuestra ciudad; extendiéndose por tanto la ruta hasta los mismos pies del Cristo del Otero, su obra por excelencia en nuestra capital.

Y de otra los sábados, con la ruta de la Palencia Histórica, que se muestra teatralizada incluso en muchos tramos de su recorrido, una buena forma de conocer nuestra historia de una forma amena y divertida.
 
Aunque las rutas no acaban aquí, en efecto; porque hay programadas otras dos más de no menor relevancia, una los miércoles dedicada a los más pequeños, contando las vicisitudes de la ciudad de Palencia a través del cuento.  Y otra más para los jueves, que girará en torno a la gastronomía –tapas y cócteles en particular-, a través de un buen número de establecimientos hosteleros.
 
Motivos más que suficientes tienen todas estas rutas nocturnas, para que sean del agrado de palentinos y visitantes.
 
(Publicado en el Periódico "Diario Palentino" el 13/07/2016)
 

miércoles, 6 de julio de 2016

COLEGIOS, ESPACIOS EN SILENCIO

                                                                                               Foto (Internet)
                                     
 
Uno pasea estos días de verano junto a uno cualquiera de los colegios escolares que levantan su particular estructura junto a nosotros a lo largo y ancho de la ciudad, y lo primero con lo que se encuentra, así al primer golpe de vista, es una quietud absoluta en sus entornos, un silencio enorme a su alrededor: porque nadie habita su interior en estas fechas y nadie acudirá al finalizar la jornada al exterior de los mismos para buscar a los pequeños.  Rompiéndose si acaso este silencio, por momentos, coincidiendo con el canto ocasional de algún grupo de pájaros apostados en algún árbol de sus inmediaciones, que tratan de dar la bienvenida al verano a su manera.

Y es que, bien sabemos, porque todos nosotros, en una etapa de nuestras vidas pasamos por alguno de ellos un día, que no son, estos del verano, días lectivos para los escolares, sino de largo tiempo de vacación para realizar mil y una actividades diferentes. 

Por eso, nadie juega ni trastea ahora en sus grandes patios abiertos y luminosos; con lo que ninguna voz infantil se escuchará saliendo al exterior del recinto durante un buen puñado de días. 

Y es que cerraron de pronto nuestros escolares sus libros, dejándolos a buen recaudo hasta el nuevo curso; y no portarán por allí hasta bien entrado el mes de septiembre.

Así que al observador del lugar, la imagen que sin más le trasciende al exterior nos habla de unos espacios solitarios y donde reina el más absoluto de los silencios; ventanas cerradas a cal y canto, persianas incluidas; y quietud, calma y reposo en grado extremo, a la espera del nuevo curso escolar, que traerá hasta aquí sin duda a nuevos escolares con nuevos bríos y nuevas ganas de aprender…

Y al hilo de estas líneas, y relacionado con este mundillo escolar, una anécdota. Y es que circulaba estos días finales del curso una especie de chascarrillo a través de las redes sociales que lo he considerado muy apropiado para cerrar este artículo. Decía así:

“Ser madre o padre es lo mejor que os ha podido pasar en la vida.  Por eso, a partir de hoy mismo, podréis disfrutar de vuestros hijos las 24 horas del día y durante dos meses y medio seguidos. Atentamente... El Tutor.”

Sin comentario...

(Publicado en el Periódio "Diario Palentino¨" el 6/07/2016)